El año está a unas horas de terminar, y en este momento me pregunto si cumplí todos mis propósitos, y puedo decir que no completamente, aunque si lo veo desde otro punto de vista sé que cumplí con la meta deseada, y lo digo así porque si bien no seguí al pie de la letra mi lista de propósitos, sé que cumplí otros que ni siquiera tenía contemplados, y realmente me siento muy feliz.
Este año a mi parecer, cambió mi manera de ver el mundo y en especial de lo que pasa a mi alrededor. Aprendí a valorar aquellos pequeños detalles que aunque no lo parezca hacen que nuestra vida y nuestros sentimientos cambien.
¿Fue un buen o mal año? No puedo decirlo, y no porque no quiera, sino por el hecho de que como cada año, trajo nuestros tragos amargos y de pesar, pero también trajo nuestros ratos de alegría y esperanza.
En este 2013 la vida se llevó a cuatro maravillosas personas cercanas que dejaron huella en nuestros corazones, y entre ellas está mi abuelito, quien vivió una vida plena y como el siempre lo dijo: tengo mi casa, tengo mi esposa viva, tengo mis nietos, todos me estiman, no tengo de qué quejarme. Él cumplió su meta de vida y estoy muy feliz de que así haya sido.
Estos lamentables sucesos me hacen recapacitar sobre lo que hago y lo que dejo de hacer, la vida puede ser muy corta o tan larga que es un enigma saber cuál nos tocará, que de un momento a otro abandonamos este mundo sin nada más que el recuerdo que dejamos en los nuestros. Es por eso que hay que apreciar cada instante, cada respiro, cada sentir.
Por mi parte, les deseo que este 2014 los llene de bendiciones, que cumplan sus propósitos, que continúen con su meta de vida, que las buenas vibras los rodeen y sobre todo que haya paz en sus corazones.
"No quiero ir a prisa, pero tampoco puedo esperar... Dea García"
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